Invitamos cordialmente a todos los miembros del Instituto de Física Mental Juan Cueva García, a celebrar la fiesta del equinoccio(*) en el complejo arqueológico de Cochasquí.
Un lugar lleno de magia y energía ancestral. Allí realizaremos las respiraciones científico-espirituales de Física Mental, así como una dinámica de grupo que nos prepare para aprovechar de mejor manera la energía sanadora y purificadora del sol.
Este evento se desarrollará el día sábado 24 de marzo. El itinerario es el siguiente:
- Un bus partirá desde las instalaciones del Instituto a las 8:00 horas
- La ceremonia empezará a las 10:00 horas en la pirámide Nº 14
- A las 13:00 horas almorzaremos en Guayllabamba, para posteriormente retornar a Quito.
Con la finalidad de coordinar adecuadamente el tema del bus y del almuerzo, pedimos que se inscriban en la Secretaría del Instituto, máximo hasta el 21 de marzo. La contribución para este evento es de 20 dólares, valor que cubre el transporte, el ingreso al complejo de Cochasquí y el menú de almuerzo.
Se pide que acudan sirviéndose el desayuno y que lleven un banco para hacer cómodamente las meditaciones de cada respiración.
Atentamente,
LA DIRECTIVA
(*) El 20 de marzo de 2018, a las 11:15 horas (hora de Ecuador), ocurrirá el equinoccio (de primavera para el hemisferio norte y de otoño para el hemisferio sur). El Equinoccio es el momento del año en que el día tiene la misma duración que la noche en todos los lugares de la Tierra.
Para el caso del Ecuador, es la fiesta del Equinoccio de invierno y está estrechamente relacionada con el ciclo agrícola andino en el que el maíz es el principal elemento, pues constituye un símbolo de la fertilidad (es la época en la que aparecen los primeros granos tiernos y los demás cultivos están en floración). El maíz es el componente vital dentro de la cosmovisión indígena y esta fecha marca el inicio de un nuevo año, es decir, el tiempo de volver a nacer y recrear.
Cuentan los “taitas antiguos” que en estas fechas se apagaban todos los fogones, durante tres días era el tiempo de limpieza y reflexión de las comunidades, pues cada persona y familia hacía un proceso de “purificación” física y espiritual. La noche anterior permanecían en vigilia, reunidos en asambleas (tantanakuy). El día del solsticio, desde la salida de los primeros rayos del sol, se colocaba un cuenco metálico y, en su interior, trozos de madera del entorno, se esperaba el momento del equinoccio para, en un ritual especial, apropiarse del fuego nuevo (Mushuc Nina), el fuego sagrado era encendido por el sabio más anciano de la comunidad y pasaba a manos de los jóvenes, quienes repartían el fuego nuevo a sus vecinos y demás pobladores de cada comunidad.
1 comentario
Me parece muy bueno tener contacto con la naturaleza para participar de este momento sagrado y renacer.